jueves, 9 de octubre de 2008

Tres ejemplos de frivolidad “Hedonismo Camp” “El teatro de lo Frívolo” “Contra seducción”


¿Qué nos impulsa a acercar la mirada a lo superficial y a prestarle por lo menos un gesto de interés? Probablemente sea que, como señala Baudrillard, los signos han perdido su sentido y se agotan en la fascinación de lo espectacular. Por ello el gusto es trasladado hasta sus límites, pues las nociones estéticas han rebasado las justificaciones morales específicas…

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- Hedonismo Camp: El “status”, en países como el nuestro, florece mejor en medio de toda miseria. Por eso las imágenes como las del artista Terry Rodgers nos remiten a muchas trivialidades. Muestra reuniones en que los integrantes de una especie de élite joven, miran hacia lados diferentes, pocos sonríen, todos beben licor y están a la moda. Pero, entre los diálogos que los personajes tienen, nadie disimula el aburrimiento. Lo que muestra en ellas probablemente sea cruel, a pesar de que ha sido puesto para disimular un placer que solo puede florecer en la riqueza. Cada cosa es el reflejo de una frivolidad poco sutil, construida con poses un tanto afectadas y estenografías cotidianas que necesitan de imágenes cada vez mas violentas para despertar de su sueño.
- El teatro de lo frívolo: aquí el centro de todo es el cuerpo y es tratado desde la relación que hay entre este y los objetos que le ayudan a simular la satisfacción del goce, y la imposibilidad que el cuerpo llegue a cumplir. El vacío en esta abundancia, o más bien sobreabundancia, y la seducción que provoca todo engaño hecho por la sociedad, ejercen fascinación sobre todos nosotros, conforme nuestros anhelos son mantenidos gracias a la construcción de imágenes más que de realidades.
- Contra seducción: es una apreciación de lo mundano que busca algo como el sentido de los placeres. Modelos de revista que son quebrantadas en el momento de ofrecer sobre su cuerpo, objetos envidiados por todo aspirante a un sistema de jerarquías.
El artista suizo Daniel Buetti es capaz de dar una suerte de libre acción, se trata de convertir esa ligereza de las chicas de portada, oponiéndolas al dolor.
Por otro lado Buetti hace creíble la posibilidad de que todo placer permanezca si se mide la cantidad de dolor que pueda ocultar y no en función de las satisfacciones que brinda.
-Jair Dario Trejo Melendez.

FAHRENHEIT°.
Agosto-Septiembre 2007.
César Cortés.
CA Proyección.

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